"Hola Marcela. Soy B. Me mandó tu dirección de correo A., pero tuve problemas técnicos y no he podido conectarme antes. Dice A. que tienes un tema visto desde la perspectiva de género que te ha quedado muy chuli. ¡¡Compártelo!! A ver cómo enfocas tú el tema. Finalmente les he puesto libro. Es más cómodo, aunque ya hemos quedado en que algunos temas tendrán que prepararlos ellos. "
Este es el correo, literalmente, que he recibido de una profe que es de otro instituto y que no la conozco de nada; sólo tenemos en común la amistad con A. O la gente tiene una jeta que se la pisa, o es que debo tener cara de idiota. O sea, que una profesora que les pone libro de texto por es "más cómodo", tócate las narices María Manuela, y que además usa un lenguaje sexista (ahí se ve su interés en estos temas) me dice que comparta mi trabajo intelectual y encima dice " A ver cómo enfocas tú el tema". No si todavía tendrá pegas que poner, joer.
Así que yo, como ella, con problemas técnicos, vamos que nunca he recibido su email, porque si lo recibo y tengo que contestarle, creo que mi respuesta no le iba a gustar nada de nada, ni desde el punto de vista de género, ni desde el pedagógico (que prefiere la comodidad a la metodología), ni desde el personal.
"¡Compártelo!", dice. No te jode.